Hermoso niño frágil,
De mirar profundo…
Ojos almendrados
Y cara de inocencia.
Bajo tus pies descalzos;
existe un pobre mundo
Y una luz celeste,
hoy ronda tu cabeza.
Niño de ojos claros,
que habitas esta tierra,
Juegas a alcanzar,
la luz del mediodía.
Mientras a tu espalda
Se desencadena una guerra…
nuestras manos dejan;
Restos de melancolía.
Dichoso tú que eres,
de Dios el regocijo;
niño de manos claras
y labios infinitos.
En tí habita el alma,
que lleva tu nombre hijo
y el fulgor de tu mirada,
tiene un encanto divino.
Hermoso niño frágil,
te vestí de poesía
y te di mi corazón …
Como parte de mi vida.
Trocito de universo
Tú eres mi alegría,
y tu infante corazón;
Tiene en mi pecho guarida.
Miércoles 05 de mayo de 1993.-
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