Flor de voz rasgada y serena,
yace en tu alma canción y poesía,
despiertas al sol en alegría o pena,
despiertas la luna cuan suave día.
Flor de suave color morado;
danzan tus dedos en ágil guitarra…
Cantando a todo, lo por ti amado.
¡Salve oh Dios, Flor Violeta Parra!
Venero tus versos, venero tu canto,
me habla el silencio de tu corazón.
De inefable poesía; vestiste tu llanto,
Amaste al amor, sin interrogar: la razón.
Aun siendo flor, te hiciste paloma…
Surcaste los cielos, con tu canción.
Tejiendo pasiones, buscaste una aurora,
traspasaste fronteras, con tu ilusión.
Tu equipaje tenía, el color de mis gentes…
Piel asoleada, de artesano y labrador.
tus pregones se hacen, voz en mil mentes,
se eleva tu canto por sobre el amor.
Te bebiste el amor de un sol forastero;
Fuiste rocío en el cáliz de otra flor.
Fue tu sangre araucana en país extranjero;
Un torrente de sueños de una nación.
Amamantaste el anhelo, del que gozan poetas.
Has sido en mi tierra mucho más que una voz.
Pasaste por la vida, cuan bello cometa,
en tus canciones aún yace su hoz.
Dijéronle a Chile que ya no estarías,
Dijéronle al mundo que habías muerto…
Pero eres la estrella que preside los días,
De nuestra bandera y su firmamento.
12 de noviembre de 1993
No hay comentarios:
Publicar un comentario